tag:blogger.com,1999:blog-77619739083503072372024-03-08T15:02:46.354-08:00LA ROSA "SEXTO AÑO"LA ROSA "SEXTO AÑO"http://www.blogger.com/profile/18391867368812859724noreply@blogger.comBlogger1125tag:blogger.com,1999:blog-7761973908350307237.post-75944209612403216762014-02-17T10:41:00.001-08:002014-02-17T10:41:21.874-08:00lectura del día<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;"><b>La boda de Dama Raposa</b></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span></div>
Cuento primero<br />
Érase una vez un viejo zorro de nueve colas que, creyendo que su esposa le<br />
era infiel, quiso probarla. Tendiose debajo del banco y se quedó rígido, sin<br />
menear ningún miembro, como si hubiese muerto. Dama Zorra se encerró en<br />
su aposento, y su criada, ama Gata, se instaló en su cocina a guisar.<br />
Al correr la voz de que el viejo zorro había estirado la pata, empezaron a<br />
acudir pretendientes. Oyó la doncella que alguien llamaba a la puerta de la<br />
calle; salió a abrir y se encontró frente a frente con un zorro joven, que le<br />
dijo:<br />
«Dama Gata, ¿en qué pensáis?<br />
¿Dormís o acaso veláis?».<br />
Y respondió la gata:<br />
«Velando estoy, no durmiendo.<br />
¿Queréis saber qué estoy haciendo?<br />
Pues buena cerveza, con manteca al lado.<br />
¿No desea el señor ser mi invitado?».<br />
- Muchas gracias, doncella -replicó el zorro-. ¿Y qué hace dama Raposa?<br />
Y respondió la gata:<br />
«Está en su aposento,<br />
toda hecha un lamento.<br />
Triste tiene el rostro, triste y lloroso<br />
porque se ha muerto su querido esposo».<br />
- Decidle, doncella, que hay aquí un zorro joven que quisiera hacerle la corte.<br />
- Bien, mi joven señor.<br />
«Y subió la Gata, trip-trap.<br />
Y llamó a la puerta, clip-clap.<br />
-Señora Raposa, ¿estáis ahí?<br />
-Sí, Gatita, cierto que sí.<br />
-Hay un pretendiente que os solicita.<br />
-¿Es guapo o es feo? Dímelo, Gatita.<br />
¿Tiene también nueve hermosas colas pinceladas, como el señor Zorro, que en<br />
gloria esté?».<br />
- ¡Oh, no! -respondió la gata-, tiene sólo una.<br />
- Entonces no lo quiero.<br />
Volviose la gata a la puerta y despidió al pretendiente.<br />
No tardaron en volver a llamar: era otro galán, que venía a solicitar a dama<br />
Raposa. Tenía éste dos colas, pero no logró más éxito que el primero. Y así<br />
fueron acudiendo otros, cada cual con una cola más que el anterior, y todos<br />
fueron despedidos, hasta que llegó, finalmente, uno que poseía nueve rabos,<br />
como el viejo señor Zorro. Al saberlo la viuda, dijo, alegre, a su doncella:<br />
«¡Ábreme las puertas de par en par, y el viejo zorro me vas a echar!».<br />
Pero en cuanto se iba a celebrar la boda, saliendo el zorro viejo de debajo del<br />
banco, propinó un buen vapuleo a toda aquella chusma y los arrojó a la calle<br />
junto con dama Raposa.<br />
Cuento segundo<br />
Habiendo muerto el viejo señor Zorro, presentose el Lobo en calidad de<br />
pretendiente. Llamó a la puerta, y la Gata, doncella de dama Raposa, acudió<br />
a abrir. Saludola el Lobo y le dijo:<br />
«Buenos días, señora Gatita.<br />
¿Cómo estáis aquí tan solita?<br />
¿Qué guisáis que tan bueno parece?».<br />
Respondió la Gata:<br />
«Sopitas de leche para merendar;<br />
si os apetecen, os podéis quedar».<br />
- Muchas gracias, señora Gata -respondió el Lobo-. ¿Está en casa dama Raposa?<br />
Dijo la Gata:<br />
«Está en su aposento,<br />
hecha toda un lamento.<br />
Triste tiene el rostro, triste y lloroso,<br />
porque se ha muerto su querido esposo».<br />
Replicó el Lobo:<br />
«Si quiere volverse a casar,<br />
no tiene más que bajar».<br />
«La gata se sube al piso alto,<br />
tres escalones de un salto,<br />
llega a la puerta cerrada<br />
y llama con la uña afilada.<br />
-¿Estáis ahí, dama Raposa?<br />
Si os queréis volver a casar,<br />
no tenéis más que bajar».<br />
Preguntó dama Raposa:<br />
- ¿Lleva el señor calzoncitos rojos y tiene el hocico puntiagudo?<br />
- No -respondió la Gata.<br />
- Entonces no me sirve.<br />
Despedido el Lobo, vino un perro, y luego, sucesivamente, un ciervo, una<br />
liebre, un oso, un león y todos los demás animales de la selva. Pero siempre<br />
carecían de alguna de las cualidades del viejo señor Zorro, y la Gata hubo de<br />
ir despachándolos uno tras otro. Finalmente, se presentó un zorro joven, y a<br />
la pregunta de dama Raposa: «¿Lleva calzoncitos rojos y tiene el hocico<br />
puntiagudo?», «Sí -respondió la Gata-, sí que tiene todo eso».<br />
- En tal caso, que suba -exclamó dama Raposa, y dio orden a la criada para<br />
que preparase la fiesta de la boda.<br />
«Gata, barre el aposento<br />
y echa por la ventana al zorro que está dentro.<br />
Buenos y gordos ratones se traía,<br />
pero él solo se los comía<br />
y para mí nada había».<br />
Celebrose la boda con el joven señor Zorro, y hubo baile y jolgorio, y si no han<br />
terminado es que siguen todavía.LA ROSA "SEXTO AÑO"http://www.blogger.com/profile/18391867368812859724noreply@blogger.com0